Paris Je t'aime: Faubourg Saint-Denis

[...] Hay momentos en los que la vida exige un cambio. Una transición. Como las estaciones. La primavera fue maravillosa, pero el verano ya acabó. Desperdiciamos el otoño y ahora, de repente, hace frío. Tanto que todo se congela, nuestro amor se duerme, y la nieve lo toma por sorpresa. Pero si te quedas dormido en la nieve... no sientes llegar la muerte. Cuídate [...]

Faubourg Saint-Denis dirigido por Tom Tykwer, es un cortometraje que forma parte la película "Paris, je t'aime". Una pieza con mucho contenido, no se puede esperar menos del director de la película "El perfume: historia de un asesino".

Esta historia cuenta el  relato de un chico ciego, Thomas, que recibe una llamada de su novia, Francine (Natalie Portman), diciéndole que a veces la vida te pide un cambio. A partir de ese momento la voz se dirige al amado quien cuenta su historia de amor en pequeños momentos y repeticiones de estos a lo largo de los días.

Lo interesante de este cortometraje es que está formado por una abundancia de detalles que por sí solos pueden ser insignificantes pero es la repetición de estos que forman la historia de esta pareja. El director nos cuenta con la voz en off del personaje y una serie de rápidas imágenes cómo estos pequeños y repetidos recuerdos cambian de significado conforme su relación avanza. 

La analogía con las estaciones del año y las imágenes elegidas nos ayudan a comprender exactamente lo que el director quiere contar.

Pero, particularmente, aparte de la edición, lo que más me impactó del corto fue un pequeño detalle: cuando Francine y Thomas se conocen él le dice "Te oigo" a lo cual ella le responde "Estoy ensayando, ¿No lo ves?, y al final del corto ella le pregunta "¿Me estás escuchando?" y él le responde "No. Te veo".

Este detalle se completa con una acción del personaje, un gesto que hace con la mano cuando "ve" a una persona. El director ha logrado nuevamente contar romances estrellados con una sensibilidad de cuento de hadas, transmitiendo, en algo tan pequeño, la transformación del amor.